En este momento me encuentro en Valencia centrado en conseguir mi clasificación olímpica, que se decidirá posiblemente en Nueva Zelanda durante el próximo mes de noviembre. Para llegar a este objetivo hemos lanificado la temporada con varios campeonatos por la costa europea, incluyendo el campeonato continental que se disputa en Croacia en mayo y diversas pruebas de nivel internacional. Actualmente soy campeón nacional desde hace dos años, y mis entrenamientos y preparación están enfocados a colocarme entre los 10 mejores del mundo. En el pasado campeonato mundial finalicé en la vigésimo quinta posición, después de una actuación muy irregular. Este resultado fue insuficiente para clasificar a España para los Juegos de Río 2016, así que tendremos que seguir trabajando para poder clasificarla en el próximo Mundial. A pesar de no conseguir los resultados esperados, la temporada sirvió para realizar un análisis minucioso de lo sucedido y así afrontar el próximo año como un deportista mejor y más completo.
Mi sueño de niño era participar en unos Juegos Olímpicos, estar en medio de ese montón de deportistas, que son los mejores y se dan cita cada cuatro años. Mi primer recuerdo del gran evento es en Barcelona’92, yo tenía 7 años y vi saltar a Sergey Bubka en el Estadio Olímpico, aunque no fuera en sus mejores momentos. En esa época yo ya navegaba en mi Optimist, pero mi deporte favorito por ese tiempo era el baloncesto y no porque viniera a Barcelona el mejor equipo imaginable: el “Dream-Team”, sino porque era el deporte de mis abuelos y el mejor estaba en mi casa, y ese era Fernando Muscat. Esta tendencia de infancia a pensar que tus mayores son los mejores, en mi caso tenía fundamento, yo sabia que mi abuelo había sido subcampeón de Europa y también sabía que mis abuelos no habían ido a los Juegos de jóvenes por algo de una guerra, lo que me parecía la peor de las injusticias.
día con ganas de mejorar y al que le apasiona su trabajo.